Archive for the ‘James Sallis’ Category

Vidas Difíciles, James Sallis

13/07/2015

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Corría el años 2003 cuando la editorial Poliedro, gobernada por Julieta Lionetti, publicaba la primera novela de James Sallis en España. Lionetti nos descubrió a Sallis, que hasta el momento no había sido traducido en este país. Tuvimos la suerte de que Poliedro publicara cinco de las seis novelas de la serie de Lew Griffin, y la mala suerte de que la sexta y última se quedara en el tintero, quizá por falta de tiempo, ya que la editorial cerró sus puertas.

Junto a la serie de Griffin, Poliedro también publicó esta pequeña maravilla de la que os hablo hoy, Vidas difíciles, un librito (138 páginas) con las biografías de tres de los grandes del género negro: Jim Thompson, Davis Goodis y Chester Himes.

Aunque no son más que apuntes, un repaso muy general de sus vidas y alguna anécdota, son sobre todo, estas tres (mini)biografías, un pequeño análisis sobre el carácter narrativo de estos tres grandes escritores, de sus demonios, su metodología, los mitos que los rodean. Una introducción a sus obras, a las buenas y a las malas, porque Sallis habla siempre claro y humaniza a estos tres grandes autores, nos habla del hombre, del escritor, y no del mito.

Es también este libro un pequeño ensayo sobre la literatura Pulp, sobre sus orígenes, sobre como muchos autores, los tres que aquí se presenta por ejemplo, destacaban por encima del resto y cómo sus peculiaridades los hicieron perdurar en la historia de la literatura Pulp, aunque sus inicios y primeros años fueran realmente duros.

Vidas difíciles es una pequeña exquisitez para los amantes del género negro, para los amantes de esa literatura exprés y bajo demanda que siempre ha estado un poco menospreciada. Sallis le da el valor que se merece, nos habla de tres autores que asomaban la cabeza por encima del resto, de tres autores que en su país fueron olvidados largo tiempo mientras en Europa (sobre todo en Francia) eran reeditados y apreciados como auténticos maestros del género.

¨La literatura de consumo masivo en la que tuvo origen la novela negra, provocó auténticos fenómenos, un gran océano de millones y millones de palabras, por encima de cuyos estereotipados argumentos y trilladas escenas se alzaba de vez en cuando la auténtica naturaleza de la sociedad como la cabeza de una serpiente.¨

Dice Sallis de Jim Thompson ¨ …la obra de Jim Thompson constituye un largo asalto a las suposiciones, y son raras las veces en que el autor somete el argumento a las fórmulas que esperan los editores. De hecho, destruye de manera metódica todos los clichés, no trascendiéndolos, como podría hacer un autor más ¨literario¨, sino sumergiéndose en ellos a tanta profundidad, cerrando de tal modo las posibilidades de volver a la superficie, que quedan patas arriba.¨

Esa manera en que Thompson siempre le da la vuelta a sus novelas y hace lo que no esperas, no siempre le sale bien claro, pero hay que sonreír cuando los escritores de thrillers de hoy en día intentan algo similar, Thompson ya lo hacía, y mucho mejor que ellos.

Sobre Goodis: ¨Las mejores obras de Goodis crean una poética única de soledad y miedo (…..) e incluso las menos buenas, las menos brillantes, cobran vida en repentinos trozos de vívido sentimiento.¨ o ¨Para los personajes de Goodis no hay escapatoria, sólo más trampas inevitables, más prisiones mentales.¨

Es cierto que uno al leer a Goodis siente la asfixia de sus personajes, la maldad que los rodea siempre, como si la llevaran adherida al cuerpo, la oscuridad que los aplaca.

Y sobre Himes: ¨ En tanto, nación, o individuo nuestra fortaleza proviene con frecuencia de nuestras debilidades. Por desoladoras que sean, por rotas que estén en el escurreplatos de la historia, las obras de Chester Himes celebran la lucha de un hombre contra la corriente, contra terribles fuerzas superiores –contra su propia vida, su época y su temperamento, contra las autolimitaciones de las propias formas que eligió para expresarse- a fin de rescatar del frenesí cotidiano, como diría Baudelaire, aun cuando nos dé la espalda, una mirada al sufriente rostro de la verdad.¨

Himes sintió siempre el odio de los demás, el rechazo por ser negro, incluso se fue de su país para poder vivir tranquilo y fuera de las miradas acusadoras. Todo eso quedó fielmente reflejado en sus novelas, atenticos delirios con tramas imposibles y muy locas, pero con mucho trasfondo y escritas con maestría. No siempre sus novelas son lógicas, de la manera en que entendemos una novela de género, pero si son, ante todo, reivindicativas.

Vidas difíciles no es una revisión profunda sobre estos tres grandes escritores, para eso existen biografías exclusivas sobre sus vidas, ni un estudio sobre sus obras, ni nada demasiado existencial. Como he dicho al principio, Sallis ha escrito un libro para todos esos aficionados al género negro, al Pulp, a una época donde escribir era sobrevivir y hacer camino, un libro para disfrutar de anécdotas puntuales, de retazos de vidas, de chismorreos, de opiniones. Un libro en apariencia pequeño que encierra mucha sabiduría.

Vidas difíciles
James Sallis
Poliedro 2004
138 páginas.

El regreso de Driver, de James Sallis

04/03/2013

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Sallis ya escribió una buena novela con Drive, una novela diferente, con una cadencia, unos silencios y un ritmo que eran una seña de identidad (tanto de la novela, como del propio Sallis)

Pero imaginad que, unos años después, un Sallis más maduro, más experimentado, más vivido, escribe una segunda parte de esa novela tan extraña que era Drive.

El resultado es diez veces mejor.

¨Tomamos las decisiones a partir de lo poco que entendemos de nosotros mismos, que es lo que nos mantiene en nuestro sitio. Luego contenemos la respiración, esperando que los cielos se abran en cualquier momento.¨

Las novelas cortas tienen algo que me fascina, si están bien escritas, son absolutamente maravillosas. La capacidad de concentrar en apenas cien o ciento cincuenta páginas una buena historia; una historia, una trama, con peso, bien construida, es algo que no se da muy a menudo. Si es verdad que en la época dorada del Pulp, la tendencia era esa, pero también las novelas eran mucho más simples. Hablo de la época moderna, donde Sallis es un auténtico Maestro de la novela corta, concisa, cortante y oscura.

Driver, ese enigmático, tranquilo y experto conductor, ha dejado atrás su antigua vida de asesino y cómplice de atracos. Vive lejos de todo aquello, retirado, al margen, con una nueva vida, un nuevo negocio, de coches, por supuesto, y sale con Elsa, su nuevo amor, uno de sus pilares, alguien a quien aferrarse.

Pero claro, uno no puede dejar atrás un reguero de sangre, de cadáveres, por muy malvados que fueran esos tíos, no puedes dejar atrás un montón de mala gente enfadada, muy enfadada y con mucho poder, y seguir como si no hubiera pasado nada. Ni aunque te escondas, ni aunque te mimetices, ni aunque te hagas invisible. Te acabaran encontrando, y te lo harán pagar.

Sallis le ha dado a ésta novela un punto más de oscuridad que a su antecesora, un punto más de desdicha, que hacen que a la novela la envuelva un halo de desarraigo, de vacío, de tristeza. Es así como tiene que ser, ya que la vida de Driver es así; de constante huida, de constante alerta, una vida de moteles y de casas prestadas, de identidades falsas, de cafeterías de carretera. Pero Sallis no ha escrito una novela trepidante, al contrario, ha seguido con esa cadencia que es su sello de identidad, con esa tranquilidad y esa pausa, con esa armonía que a muchos nos ha seducido desde la primera vez que lo leímos, con esa manera sencilla de contar las cosas como si no las contara.

 Leer a Sallis es como deslizarse por la nieve a toda velocidad con el culo pegado a una bolsa de basura; es tremendamente fácil y placentero, te hace feliz y además se te pone cara de idiota.

Otra de las cosas que hace de este libro una pequeña maravilla es como Sallis introduce en la novela los Muscle Cars. Ya en la primera parte nos dejó una pequeña pincelada, pero en esta segunda, desde que Driver se agencia un Ford Fairlane y lo arregla a su gusto, no paramos de disfrutar de pequeñas imágenes de esos coches clásicos y potentes. Tenemos la suerte de que Driver pasa muchas partes de la novela en un lugar un tanto singular donde tiene un pequeño garaje donde arregla un Fairlane y no está solo su garaje, si no que todo es un pequeño complejo lleno de garajes…

El regreso de Driver es una pequeña exquisitez, como encontrar una Penthouse entre las revistas del corazón en la consulta del dentista. Es un libro oscuro, sí, pero no es trágico, ni efectista, no hay sorpresas al pasar la página, ni ojos desorbitados a mitad de párrafo. El regreso de Driver es más de entornar los ojos, es más de medias sonrisas, de asentimientos silenciosos, de silencios.

Es más de disfrutar conduciendo si saber a dónde se va, que de conducir deprisa para llegar a nuestro destino.

 El regreso de Driver

James Sallis

RBA Serie Negra 2013

140 páginas.

El Tejedor, de James Sallis

16/11/2012

Toda vida tiene una banda sonora.

ESTA.

Ah.

La oscuridad.

LA OSCURIDAD.

Y EL MIEDO.

La soledad. El alcohol. El olvido.

El maldito AMOR.

La rutina. El alcohol.

Elalcoholelacoholelacoholelacohol.

Lew Griffit sentado a las tres de la mañana en un colchón sucio y raído y la oscuridad alrededor. Más negra que su piel.

Sallis cabrón, cómo te gustan las novelas de toboganes, subir el animo, darnos felicidad, para luego arrebatárnosla, para luego volver a dárnosla.

Para quitárnosla otra vez.

A Sallis le ha quedado una novela  de toboganes, de picos, una novela extraña, que sube y que baja, que empieza oscura, muy oscura, que luego se vuelve gris, y luego se aclara, y cuando está casi blanca, vuelve a oscurecerse para acabar prácticamente tan oscura como empezó…

Novela negra sin tópicos, cruda y dulce y amarga.

Lew Griffin es la prueba del tormento andante. La prueba de vivir bajo el yugo de la culpabilidad. Del sufrimiento.

Hacer de las barras de caoba un lugar común de alivio y desconsuelo. De medio para el fin del olvido.

O algo muy parecido.

Ah.

Las cuatro partes de una vida.

Oscuridad. Oscuridad. Claridad. Oscuridad.

Ya podéis gritar.

1964 ¨El negraco te va a rajar…¨ Y un padre que se muere. Una mujer que se esfuma. Un Lew que busca entre hondos vasos una razón para seguir. Un desenlace oscuro y frío y descorazonador.

1970Estamos tratando de encontrar a nuestra hija¨ Esto se veía venir. Se veía desde un kilómetro de distancia. Lew, levanta la cabeza joder, sabías esto. Más lamentos. La vida implacable. Los deseos llevados al extremo. La desolación TOTAL.

1984– ¨Luz:me dio en los ojos como un puñetazo¨  Ah. Lew. La caída. ¿Y luego? Lo sé, lo sé. Sé todo lo que viene luego, prácticamente increíble. Los toboganes Lew. Los toboganes.

1990Los siguientes días me aparecen tan borrosos como nítido aquel momento¨  Esto sí es jodido ¿eh Lew? Mira que has buscado personas, mejores, peores, lejanas, desconocidas, pero esto…esto Lew. Joder. Los momentos brillantes de una vida encarrilada, esperanzadora. Y luego la oscuridad. Lew, eres la encarnación del sufrimiento, te lo dije.

La sangre corre, el bello del cuerpo se estremece, el final de la espalda se eriza.

El vacío en el estómago crece, los pulmones no responden, la vista se nubla.

Lew empequeñece, solo, negro, oscuro.

Ah.

La oscuridad.

LA OSCURIDAD.

Y el frío.

El Tejedor.

James Sallis.

RBA Serie Negra 2010

196 páginas.