Lo he acabado esta mañana, he cerrado el libro y ha pasado eso tan malo que te puede suceder cuando cierras un libro, NADA. Y es que el último libro de mi querido Auster, me ha dejado bastante frío. Frío, desamparado y algo cabreado, lo he leído en apenas una semana, por que es corto y porque es ¨fácil¨ muy fácil, con eso quiero decir que es poco Auster. En esta ultima novela, no hay nada de sus juegos con el azar, ni tampoco esos rompecabezas a los que nos tiene acostumbrados. Viajes por el scriptorium, nos habla de Mr Blank, un hombre mayor que al parecer esta encerrado en una habitación, en contra de su voluntad, retenido. Ese es solo el planteamiento inicial, de ahí parte la historia. Al parecer el narrador de la historia es alguien que observa a Mr Blank por un circuito cerrado de TV y nos va contando lo que va sucediendo, al mismo tiempo la narración se traslada en algunos momentos al propio Mr Blank que nos transmite sus pensamientos a viva voz. Hasta ahí la cosa no pinta mal, se puede desarrollar una buena historia, y siendo Auster el artífice, uno espera una GRAN y ENMARAÑADA historia. Pues no, Auster nos llena las paginas de paja literaria, haciendo que Mr Blank nos lea una supuesta novela que encuentra en el escritorio que esta en la habitación, aburriéndonos sobremanera y desviando toda nuestra atención de la historia inicial, que no es otra que el porque Mr Blank se encuentra ahí. Por si esto no fuera poco, solo los MUY iniciados en las novelas de Auster, o sea los que nos las hemos leído todas, se darán cuenta de que los pocos personajes que aparecen en la novela, son personajes de otras novelas de Auster. Eso no es gratuito, ya que toda la simbología de la novela se encuentra precisamente en eso, en sus personajes. Solo al final, uno puede deducir que es el propio Auster quien esta encerrado en ese cuarto, y que son sus propios personajes de ficción los que lo han encerrado, para hacerle pagar por todo lo que les ha hecho pasar en sus novelas. La idea de la historia es buena, pero creo que Auster no ha sabido desarrollarla bien, y se ha centrado en detalles estupidos, que nos podrían reflejar los propios miedos del autentico Auster, a la vez que llenaba paginas de letra inútil, en un intento de justificar en algo la trama de la historia. Sobra por ejemplo el insólito placer que encuentra Auster en relatarnos las erecciones de Mr Blank, que no aportan nada a la historia. Lamento este negativismo, pero no me esperaba algo tan ligero y tan ególatra (si es que Auster nos muestra sus miedos por escrito) de este gran escritor