Archive for enero 2010

BCNEGRA 2010

28/01/2010

Ya esta aquí una de mis semanas favoritas del año. Una semana teñida de negro y rojo, de crímenes, de escritores, de charlas, de libros. Ya esta aquí Barcelona Negra 2010. Este año bien muy bien surtida, el librero lo ha hecho muy bien, así que leeros el programa con detenimiento para que no se os pase nada.

Yo por mi parte, intentare escaparme cada tarde a Barcelona para no perderme ningún evento. Sobre todo me interesa la charla del martes, Narcoliteratura, con Don Winslow, autor de El poder del perro, una charla que promete. Tampoco me quiero perder La lucha entre el bien y el mal, charla con Jhon Connolly, creador del detective Charlie Parker, un clásico, el miércoles. Y por ultimo intentare ver a Ian Rankin, premio Pepe Carvalho 2010 y creador del inspector Jhon Rebus, el jueves.

A parte de esto, tenéis un extenso programa con muchísimos escritores y escritoras de altura como Domingo Villar, Camilla Läckberg, Asa Larsson, Lorenzo Silva, James Thompson, K. O. Dahl, así como pases de películas, mesas redondas, firmas de libros, mejillones…

El programa completo y día a día aquí y aquí.

Los vagabundos de la cosecha de J.Steinbeck

21/01/2010

La vida de los emigrantes es dura. Es dura ahora y lo era más aún en los años 30. Steinbeck, a trabes de los reportajes que forman este libro, escritos en 1936 para The San Francisco News, nos enseña como vivían y como eran tratados esos expatriados, como eran los campamentos, las chabolas; sus problemas e incluso su dieta.

La mayoría de estos jornaleros o vagabundos eran antiguos granjeros procedentes de Oklahoma, Nebraska, Kansas y Texas, donde sus tierras se secaron y las grandes tormentas de polvo lo arrasaron todo. Es la gran depresión de los años treinta. Son americanos, pero extranjeros en California.

cuando nos necesitan nos llaman emigrantes, y cuando ya les hemos recogido la cosecha, somos vagabundos y tenemos que largarnos-*

Los jornaleros y sus familias, viajaban a las cosechas según temporada, como hoy en día hacen muchos en nuestro país; invadían los arcenes de las carreteras de todo el estado de California en busca de campos donde recoger cosecha. Se desplazaban en viejos coches en bastante mal estado, que la mayoría de las veces era su objeto mas valioso. Estos antiguos granjeros lo habían vendido todo para poder comprar gasolina y comida para llegar a estos campos de recogida, malvendiendo granja y terrenos para pagar a sus acreedores. Llegar a los campamentos y las plantaciones tarde significaba no trabajar, y por ende, no comer.

Las condiciones de vida en los campamentos, tanto si eran libres chabolas, como si eran campamentos en las tierras de los granjeros, eran durísimas. En los primeros, las chabolas estaban echas de chapa o incluso cartón y no había ni agua ni electricidad. En algunos, las chabolas estaban cerca de alguna charca o río sucio, de donde se recogía el agua para beber.

-El padre es consciente, aun vagamente, de que el barro de la orilla del río esta infestado de larvas de anquilostoma. Sabe que sus hijos van descalzos y que las larvas los atacaran. Pero no tiene ganas ni fuerzas para evitarlo. Le han pasado demasiadas cosas.*

Si tenían mejor suerte y conseguían llegar pronto a la plantación y conseguir un sitio en el campamento del patrón, las condiciones eran mejores, pero la represión era brutal:

-A los jornaleros los trataban como animales. No hay método al que los patrones no recurran para que se sientan inferiores e inseguros. Al menor indicio de que los hombres se están organizando, los echan el rancho a punta de pistola*.

-Los deseos del propietario del rancho son la ley; la patrulla esta siempre alerta, sus pistolas, bien a la vista. Cualquier discusión constituye un acto de resistencia a la autoridad.

Las palizas y la quema de chabolas o estancias con todos sus enseres era una práctica habitual para escarmentar a aquellos que osaran intentar organizarse para esgrimir sus derechos. Los jornaleros no tenían derecho a nada, ni tan siquiera a la reunión. El libro es duro, presenta una situación de desamparo absoluto de millones de jornaleros con sus familias, que en ocasiones nos parecerá que más que reportajes sobre la vida real, estemos leyendo una novela. No en vano, de estos siete reportajes nació la gran novela de Steinbeck, Las uvas de la Ira. Steinbeck, sin duda, y como bien nos resalta Eduardo Jordá en el estupendo prologo que acompaña esta edición, se inspiro en estos desamparados para construir a los personajes de su mas famosa novela y con la que gano el premio Pulitzer en 1940.

La salud como ya he señalado antes, era escasa, pero detengámonos un segundo en los embarazos, un tema absolutamente penoso:

-Veamos el siguiente ejemplo. Madre de familia con tres hijos. Tiene treinta y ocho años; la cara, delgada y llena de arrugas; la mirada vidriosa y endurecida. Los tres hijos que lograron sobrevivir nacieron antes de 1929, cuando la familia arrendaba una granja en Utah. En 1930 esta mujer tuvo a un hijo que sólo vivió cuatro meses y murió de «un cólico. En 1931 tuvo otro niño, que nació muerto porque «una carretilla llena de cajas se me echó encima dos días antes de que naciera el bebé». En 1932 sufrió un aborto espontáneo. «Perdí el bebé porque estaba enferma.» Se siente avergonzada. En 1933 su bebé vivió una semana. «Se murió, tal cual… No sé de qué.» En 1934 no quedó embarazada. Esto también la avergüenza un poco. En 1935 su bebé vivió un poco más, nueve meses. Durante un tiempo pareció que iba a vivir. Se veía grande y fuerte.» Ahora está embarazada de nuevo. Si pudiéramos conseguir leche, la cosa iría mejor.» Este caso tan extremo no es infrecuente, ni mucho menos-*

A parte de los campamentos de chabolas y de los campamentos en los terrenos del patrón, existía un tercer campamento; los promovidos por el Gobierno federal. Estos campamentos eran campamentos dignos y autogestionados por los mismos jornaleros. En el momento en que Steinbeck escribe los reportajes hay en marcha dos, Arvin y Marysville con vistas a construir ocho campamentos más.Conscientes de la situación de los jornaleros y sus duras condiciones, el Gobierno pone en marcha esta medida con muy buenos resultados. Los campamentos estatales, disponen de baños, duchas y retretes, un edificio para la administración del campamento y un local para el esparcimiento de sus habitantes. También se facilita a los habitantes agua corriente, papel higiénico y medicinas. Estos campamentos hacen que los trabajadores y sus familias vuelvan  a sentirse parte de la sociedad, seres humanos. En estos campamentos hacen fiestas, reuniones, clubes de costura, conciertos, y hasta se forman bandas de música que incluso traspasan las barreras del campamento y encuentran la fortuna.  Nada de eso era posible en los dos anteriores.

Steinbeck era un genio. Aun cuando en esta época solo había escrito y publicado Tortilla flat en estos siete reportajes ya se vislumbra un poder enorme para construir historias, para representar a los despojados, los picaros y los supervivientes, siempre tan constantes en sus novelas.

Un libro totalmente a la orden del día, duro e ingrato. Cuando uno acaba de leerlo, no puede dejar de pensar que habrá sido de todas esas personas que en los años treinta iban buscándose la vida de cosecha en cosecha.

La historia de la importación de mano de obra extranjera en California y del trato que se la ha dispensado es una vergonzosa muestra de crueldad y avaricia.  J.Steinbeck*

El libro viene acompañado por el ya citado prologo de Eduardo Jordá, además de unas estupendas fotos de la época de Dorotea Lange.

*De la traducción de Marta Alcaraz para Libros del Asteroide.

Intimidad, lectura y beneficio por Iván Ríos Gascón

19/01/2010

Si me preguntan lo que leo, evado la respuesta. Cambio el tema, hago una pregunta inocua o francamente absurda, y en ocasiones menciono alguna obra que leí mucho tiempo atrás, quizá porque revelar el título que concentra mi atención, sería como describirme en calzoncillos. Tal vez la imagen proviene de la idea de Lawrence Ferlinghetti, que dijo que la poesía es la ropa interior del alma o posiblemente sólo sea una especie de pudor mal entendido, o avaricia literaria o el reflejo por mantener cierto misterio en mi privacidad.

La lectura, observa Harold Bloom, es una praxis personal, más que una empresa educativa. Y aunque referir al libro o al autor que ocupa mi tiempo me parece un verdadero incordio, sucede lo contrario cuando alguien solicita sugerencias para ir llenando su biblioteca particular. Al fin y al cabo, recomendar novelas, ensayos o poemarios no es lo mismo que confesar la ruta por la que vamos caminando, un periplo que es más saludable recorrer en completa soledad, ya que a la insidiosa pregunta de ¿qué es lo que estás leyendo ahora?, generalmente le prosiguen otras: tu opinión sobre el ritmo de la obra, la valía del autor, el frenesí o el aburrimiento que el libro te provoca, y esas cuestiones no pueden responderse de improviso, es perentorio alcanzar la página final y luego meditar por un tiempo lo leído, para esclarecer las consecuencias. Después de todo, la sensibilidad es como una esponja. Puede absorber o expeler las sustancias intelectuales o emotivas que transpira el arte.

A la gente le encanta inmiscuirse en tus afinidades. Nunca falta quien merodee por tus estanterías. Que coja los volúmenes, los hojee, revise subrayados y, peor aún, te increpe por haber resaltado una frase o dos renglones, que pretenda analizar por qué determinada idea adquirió un aura fluorescente. En estos casos, lo recomendable es guardar silencio. El debate sería inútil, cada quien percibe distintas claves o pulsiones, se identifica con un párrafo, una escena, o se conmueve con versos y episodios que para ti o para los otros no tienen valor alguno: los libros hablan cuando súbitamente, por inercia, evocamos algo que creíamos haber perdido en alguna región ignota de la psique, y reclama su sentido.

Sin embargo, debo confesar que me llaman la atención aquellos lectores que buscan un beneficio personal. Los que no dejan de hablar de lo que están leyendo, los que adelantan comentarios o de plano, cuentan las tramas de cabo a rabo para privarte del asombro, el fiasco o la sorpresa. Los que presumen una memoria elefantina, aunque ya Patrick Süskind escribió sobre ese curioso fenómeno que es la amnesia in litteris (el olvido momentáneo o irreversible de las viejas lecturas), y los que llevan a cuestas una inabarcable casa de citas (librescas, por supuesto). De todos, quienes más me intrigan son los donjuanes eruditos. Sus estrategias de cacería (poses, dichos, temas), persiguen un objetivo peculiar, un ideal paradigmático que me recuerda lo que Lawrence Durrell escribió en Balthazar: “enamorarse de alguien más ignorante que uno mismo añade el delicioso estremecimiento que produce la conciencia de pervertirlo, de sumirlo en el barro del que nacen las pasiones, y los poemas y las teorías sobre Dios”…

Iván Ríos Gascón • thewhitesubway@yahoo.com

La reina en el palacio de las corrientes de aire de Stieg Larsson

17/01/2010

Se acabo Millennium. Por fin. No me voy a extender, me he aburrido mucho, muchísimo. Este tercer volumen de Millennium no me ha enganchado en absoluto. Le he dado cancha en sus 800 páginas, pero nada. El primero de la saga no me entusiasmo, le encontré bastantes fallos y descubrí lo de Harriet a las pocas páginas. El segundo volumen me gusto, pasando por alto las heroicidades de Lisbeth (incuso saliendo de la tumba cual zombie) me gusto mucho más que el primero y tenía bastante ritmo. El tercero es aburrido, sin más.

Los personajes siguen siendo tan llanos como en las entregas anteriores, las intrigas son tan rizadas que me han agotado, tanto espía me ha cansado, aprovecho para decir que no me gustan en absoluto las novelas de espías, y que seguramente, eso ha sido un gran handicap al leer esta novela.

En general, las tres entregas están bien. Pero están bien, para mi gusto, si no exiges demasiado como lector, y no hablo de leer a Proust o  Faulkner, hablo de percepción, sentimiento, placer, picardía, fluidez…Yo no he sentido nada de eso en las tres entregas, solo he sentido como pasaba el tiempo. El problema, en mí, a sido que me daba absolutamente igual leer la tercera entrega, que mirar por la ventana. Mi mujer me regalo la primera entrega, la segunda entrega me la regalo un compañero de trabajo, y esta tercera entrega me la ha regalado mi padre, junto a un -léetela rápido y me la pasas-. Aún suerte que no me he dejado dinero en ellas. Se podría decir que la he leído  casi por puro tramite, para no andar el resto del año con la novela en el montón de pendientes y mi padre recitando un –¿la has leído ya?-

La trilogía ha cumplido con una buena misión; ha hecho leer a un montón de gente que normalmente no lo hace, o que no lo ha hace nunca, y eso ya es una  buena noticia, todo un logro.

La mejor noticia

16/01/2010

La mejor noticia para empezar el año, Tusquets por fin publica en febrero, la novela del 2006 de Thomas Pynchon Against the day. En España se llamara Contraluz.

Visto en Teoria del caos

Solo tú puedes salvar a la humanidad de Terry Pratchett

12/01/2010

Primer libro de la serie de Johnny Maxwell, primero de tres, de momento. Libro de literatura juvenil. Es el primer libro juvenil que leo, por lo menos tan juvenil, ya que Buenos presagios, al final no era demasiado juvenil. Un libro pequeño, corto, unas 190 paginas.

Nuestro héroe se llama Johnny Maxwell, tiene 12 años, vive con sus padres, aunque sus padres están en tiempos difíciles, tiene tres buenos amigos El Serio, Bigmac y El Cojo, le encantan los videojuegos y su vida es mas o menos como la de cualquier niño a su edad. Todo cambia cuando un buen día, jugando al videojuego Solo tú puedes salvar a la humanidad, los extraterrestres del juego deciden rendirse. Tras una gran confusión y un par de días, Johnny entabla conversación con los extraterrestres, en concreto con La capitana.

La novela gira en torno a las peticiones de La capitana y su flota, Johnny entrara en el juego a trabes de sus sueños, donde podrá hablar con los extraterrestres y combatir al resto de jugadores humanos. Incluida una niña engreída que sabe jugar demasiado bien para ser eso, niña. La novela tiene mucho mensaje para esa edad; tenemos a los padres de Johnny, que están en tiempos difíciles, o lo que es lo mismo, se están separando. Johnny vive prácticamente solo, se hace las comidas y las cenas, normalmente  espaguetis de bote o similares,  no se ducha demasiado, y su ropa no esta del todo limpia. Mientras mama ve la TV papa duerme, o viceversa, sus padres comparten casa, pero no vida y educación. También tenemos a Bigmac, uno de los amigos de Johnny, Bigmac es un niño normal en el colegio, bueno, le encanta la guerra y viste con pantalones de camuflaje, a parte de eso, en el colegio es uno más. Durante la novela, un día Johnny tiene la oportunidad de ir a su casa, y se da cuenta de que Bigmac vive en un gueto a las afueras de la cuidad, vive con su hermano y la novia de este, y además se comporta raro. Bigmac tiene otros amigos allí que no se parecen nada a el, y además sus amigos acaban de robar un coche… Luego tenemos a El Serio, que es negro, y también a esa niña engreída que sabe jugar demasiado bien a los videojuegos, cuando todo el mundo sabe que las niñas no saben jugar a esas cosas…y que decir de La Capitana, que es hembra y Capitana. Y finalmente esta el Cojo el tercer amigo, que es como su mote indica, es cojo.

Ya lo dije, me cuesta reconocer al maestro fuera del Mundodisco. Desde luego no es una novela divertida, pero tampoco es un drama.  En conjunto es una novela entretenida, perfecta para los niños de 12 hasta los 16, y en particular es una buena historia llena de referencias a la lucha de sexos, la integración de los minusválidos, la relación con los padres, los roles de hombre y mujer, las clases sociales, la educación, etcétera. Un libro que con doce años se disfruta y con treinta y dos entretiene. Todo sea por el Hombre del Sombrero!!

Meridiano de sangre de Cormac McCarthy

02/01/2010

Asomarse a McCarthy tiene peligro, asomarse a Meridiano de sangre a pelo es prácticamente un suicidio. Valga como aviso; Meridiano de sangre no es una novela con la que descubrir a McCarthy.

Una visión dura y violenta de la humanidad, primaria.

La novela tiene 345 páginas. McCarthy es tan áspero escribiendo, tan poco descriptivo, inexpresivo y frío que el lector ha de imaginarse muchas escenas de la novela. El tiempo es relativo en esta novela, pasa velozmente mientras los protagonista cabalgan en ponis o en caballos, para, en la siguiente acción, pasar lentamente mientras suben una montaña o acampan en chozas abandonadas; y vuelve a pasar rápidamente al seguir el rastro de los salvajes o al organizar una matanza en un campamento indio, para languidecer de nuevo sentados en plena noche a la luz de un buen fuego. La escritura de McCarthy es extraña, con frases cortas y pocos diálogos marcados, la novela es oscura y sumamente violenta.

Conocemos a un chico, del que sabemos una pequeña pincelada de su pasado, que vaga por tierras áridas y desiertos sobreviviendo de pequeños trabajos o robos. El chico es violento, no habla demasiado y es americano. Se pelea con frecuencia y es capturado por unos mejicanos y obligado ha hacer trabajos penosos como recoger excrementos humanos junto a otros presos americanos. Durante ese episodio llegan al pueblo Jinetes americanos de apariencia salvaje, semidesnudos, con restos humanos a modos de trofeos y fuertemente armados. El y dos mas deciden unirse a ellos, el fin del grupo es dar caza a lo indios. Asesinatos, violaciones, persecución, el fin es acabar con los salvajes, decapitaciones entre los jinetes del grupo, abandonos, fugas, todo sucede sin el mas mínimo reproche, sin apenas palabras. La estrella del grupo asesino es el juez Holden un hombre frío y calculador, que sabe moverse muy bien en todos esos parajes y que guía al grupo a la caza de los indios, un ser despiadado que bien podría encarnar al mismísimo diablo.

McCarthy deja al imaginativo del lector un montón de datos sobre toda la historia, sabemos los nombres del grupo de jinetes, pero no así el del protagonista, al que llama el chaval o el chico, tampoco sabemos en que año o años transcurre la novela, y tan solo se citan algunos lugares y pueblos. Apenas hay referencias de ninguna época, auque podríamos situarla en el salvaje oeste durante  principios del siglo diecinueve en alguna frontera entre Méjico y Estados Unidos. En conjunto la novela me ha parecido escasa en información, muy esquemática y no he conseguido entrar en ella, McCarthy carga las frases de adjetivos difíciles y de frases algo complicadas de asimilar, llegando a desesperar al lector en numerosas ocasiones. Por desgracia no me he sentido con animo para terminar la novela, a falta de escasas 100  páginas, he abandonado el libro.

No es un abandono definitivo, es una pausa. Para esta novela hay que tener una cierta predisposición, sobre todo anímica, que no me acompaña en este momento. Bloom se leyó esta novela al cuarto intento, así que como veis no es ninguna bobada.

Para muchos McCarthy es un genio, y esta novela, es de lo mejor que se ha escrito nunca. McCarthy es un buen escritor. No he conseguido seguir el juego que McCarthy nos propone, aunque soy consciente que la novela posee un aura fantástica de Western maldito, de novela apocalíptica que la confieren como una novela única y personal, como una apuesta para aquellos que estén preparados para asomarse al mismísimo infierno. Hace ya tiempo que, aunque me de una rabia terrible, no me cuesta dejar un libro a medias. Quizá mas adelante la brusquedad de McCarthy me sea menos hostil.


A %d blogueros les gusta esto: