Poco o nada voy a decir de esta novela, se ha dicho ya mucho, muchisimo de ella. Solo algunos apuntes sueltos. Leer a Javier Marías es siempre un placer, una delicia, se pierde uno en sus monólogos y sus reflexiones sobre la condición humana y nunca ve el momento de cerrar el libro, de parar por hoy.
En fin, que esto es, muy esquematizado,
un volumen de 700 paginas, pero como ya he dicho no hablare del libro, es demasiado para mi, y ya se ha hablado mucho y muy bien sobre el. Yo solo quería poner el acento en el, recomendarlo desde aquí, los tres volúmenes de Tu rostro mañana, de echo cualquier cosa de Marías merece ser leída, imprescindible autor, para ser leído con calma y serenidad. No seria, a mi parecer, un libro de playa (ninguno lo es en verano, aunque la mayoría se empeñen en ello)Os dejo con el inicio del tercer volumen para ya animaros, a atreveros con el:
Uno no lo desea, pero prefiere siempre que muera el que está a su lado, en una misión o una batalla, en una escuadrilla aérea o bajo un bombardeo o en la trinchera cuando las había, en un asalto callejero o en un atraco a una tienda o en un secuestro de turistas, en un terremoto, una explosión, un atentado, un incendio, da lo mismo: el compañero, el hermano, el padre o incluso el hijo, aunque sea niño. Y también la amada, también la amada, antes que uno mismo. Todas esas ocasiones en las que alguien cubre con su cuerpo a otro, o se interpone en la trayectoria de una bala o de una puñalada, son excepciones extraordinarias y por eso se destacan, y la mayoría son ficticias, están en las novelas y en las películas. Las pocas que se dan en la vida son impulsos irreflexivos o dictados por un sentido del decoro aún muy fuerte y cada vez más raro, hay quienes no podrían soportar que su hijo o su amada se fueran al otro mundo con la idea última de que uno no impidió su muerte, no se sacrificó, no dio su vida por salvar la de ellos, como si se tuviera interiorizada una jerarquía de vivos que ya va quedándose anticuada y pálida, los niños merecen más vivir que las mujeres y las mujeres más que los hombres y éstos más que los ancianos, algo así, así era antes, y esa vieja caballerosidad pervive en algunas personas, cada vez en menos…