Archive for enero 2014

Saturnalia, Cuentos del Solsticio de Invierno

31/01/2014

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Me he comprado un Kindle, por fin. Me he resistido todo lo que he podido.

 Que va, que no, estaba deseando comprarlo, solo que he tardado más de lo que esperaba.

Una de las razones de peso para comprarlo era poder leer las antologías y novelas que publican/publicarán las chicas de Fata Libelli, un pequeño sello digital que cuida al detalle sus ediciones y sobre todo sus traducciones. Lo que me gustan los sellos pequeños. Con unos precios al alcance de todos y, repito, ediciones básicamente perfectas, os aseguro que veréis todos y cada uno de los libros que estas buenas chicas vayan publicando reseñados en este pequeño blog.

El primero que me he decidido a leer, por aquello de estar justo en fechas navideñas (ya sé que ahora quedan un poco lejos, pero lo leí justo a principios de año) es este Saturnalia, Cuentos del solsticio de invierno, y reúne cuatro relatos ambientados en torno a la navidad, claro. Los cuatro autores elegidos para esta antología son: China Miéville, Robert Shearman, Nina K. Hoffman y Ken Scholes.

Si os he de ser sinceros, la navidad acababa de pasar si, pero ver el nombre de Miéville ahí me hizo decidirme en el acto para leer esta antología, me encanta este tío. De los otros tres autores no sabía nada, no tenía el gusto de conocerlos, y hay alguno que se ha quedado bien registrado para futuras lecturas.

El relato que abre la antología es Noche de paz, de Chine Miéville, un relato con el que disfruté muchísimo. Miéville nos traslada a un presente en el que la navidad es una marca registrada, así como todo lo que tiene que ver con ella, el muérdago, los villancicos, el árbol de navidad, el espumillón, todo está registrado y hay que pagar y pedir permiso para poder utilizarlo. La situación es tan surrealista y a la vez tan posible que la mezcla es divertida y triste a la vez. El desarrollo del relato es fantástico, y aunque tiene el sello de Miéville no es su estilo habitual, este relato es mucho más relajado para lo que China nos tiene acostumbrados. Ideal para conocerlo, porque no.

Ola de frío, de Robert Shearman es el relato más oscuro de la antología, el más cruel, y del que menos puedo contar para no fastidiaros el contenido.  Supongamos que Papa Noel existe, supongamos que viene a casa, supongamos que hay un niño, supongamos que hay un contrato. Realmente es un cuento duro y frío que bebe un poco de la fantasía y te deja una sensación de desamparo bestial.

Todo lo contrario es A casa por Navidad, de Nina K. Hoffman. Un relato con un trasfondo también triste y de soledad pero que poco a poco se va llenando de calidez y humanidad, una historia también con tintes fantásticos donde una chica tiene el don de poder hablar con los objetos inanimados, mesas, sillas, puertas, etcétera. Una cartera es el detonante de la historia, una cartera perdida que nuestra protagonista encuentra en la calle y que se decide a devolver a su dueño, una buena acción que en navidad no pasara desapercibida.

Y cierra esta antología Si la Vigilia del Dragón estuviera fría y despejada, de Ken Scholes, el relato que menos me gustó, un relato que, a diferencia de los otros tres, está ambientado en un  mundo fantástico, un relato extraño y un poco lento, intimista. Yo creo que choca con la armonía de los otros y es tan diferencial que el lector se pierde un poco. Este relato si es de aire fantástico y si a mí no me acabo de gustar es básicamente porque me gusta mucho más lo realista.

Por último y no menos importante, no quiero dejar de recomendaros el prólogo, esa parte que muchos nos saltamos por miedo a que nos joroben lo que viene después. En este caso el prólogo es magnífico, de hecho es un relato más, una aventura más que añadir a las otras cuatro y que no os podéis saltar ni perder por nada del mundo.

La primera experiencia con el Kindle y la primera con las chicas de Fata Libelli no ha podido ser mejor, el binomio es perfecto y se repetirá un montón de veces más, ya tengo cargado en el lector Sui Generis y me muero por leerlo.

Saturnalia, Cuentos del Solsticio de Invierno

Varios autores

Ed. Fata Libelli

Los nombres muertos, de Jesús Cañadas

28/01/2014

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Mucho se ha escrito ya de Jesús Cañadas y de sus Nombres muertos. Esta la red llena, los blogs llenos, por la calle la gente habla de Jesús Cañadas, en Gigamesh hay un altar con una gran foto de Lovecraft y justo al lado, mirando de soslayo, una fotografía de Cañadas en blanco y negro mirando al maestro del terror.

No sé si admitir ahora que solo he leído una novela de Lovecraft y así os vais a leer otra cosa mientras me llamáis unas cuantas cosas en voz alta, o lo digo al final para al menos tener un par de lectores hoy.

Oh, OH.

Que no es imprescindible haber leído nada de Lovecraft para poder leerse Los nombres muertos, no nos pongamos elitistas, pero vamos, tampoco es mentira que si has leído sus novelas, conoces al personaje, o al menos sabes quién es el de los tentáculos, pues te lo pasas mejor.

Yo ya me he comprado Los mitos de Cthulhu, que me ha quedado un poso oscuro Lovecrafiano que quiero saciar.

Ah, y porque vienen relatos de ciertos escritores a los que quiero leer por culpa de Cañadas.

¿Qué tiene la cultura Pop que tanto me gusta? ¿Las cosas de colores y con campanillas? ¿Los menús XL de hamburguesas indigestas con refrescos sin burbujas y patatas acartonadas? ¿Los coches viejos, las mujeres que se parecen a Marilyn Monroe, los tocadiscos y las novelas Pulp? ¿Qué tienen? No tengo ni puñetera idea, pero todas ellas me producen una sensación de felicidad enorme. Enorme.

Cañadas me produce felicidad, quinientas sesenta y cuatro páginas de felicidad.

Una viuda multimillonaria, convence a H.P.Lovecraft para que busque el Necronomicón, un libro que solo existe en el imaginario del escritor. Ante el desafío de buscar algo que no existe, Lovecraft y un reducido grupo de amigos, todos ellos escritores de género de la época, se lanzan en post de ese libro nunca escrito, un libro maldito, escrito por un árabe loco, que no existe ni está, más allá de la imaginación de H.P. Lovecraft. ¿O sí?

Que alguien se atreva a coger a un tipo como Howard Philips Lovecraft, uno de los reyes del terror, si no el rey, un personaje querido, respetado, imitado, idolatrado, a la par que polémico, y se lo lleve a la ficción y le de vida, me parece un ejercicio de valentía enorme, una apuesta arriesgada y un juego fascinante.

La valentía de hacerse suyo el personaje, de nutrirlo, de darle veracidad, de moldearlo a imagen y semejanza de cómo era en realidad, después de un exhausto trabajo de documentación en la mismísima Providence, y conseguir salirte con la tuya, hacerlo no solo bien, hacerlo extraordinariamente bien, hacer que el lector se crea al personaje que tiene delante, que lo vea tal y como era, que desde ese momento asocie lo que ve con lo que siempre ha creído, que ese Lovecraft sea el auténtico Lovecraft es motivo no solo para leer y disfrutar el libro, es motivo para creer el Cañadas, en su inventiva, en su trabajo, en él.

Hacer algo así siempre es arriesgado, las librerías están llenas de novelas de aire Pulp donde hay cientos de personajes revividos, todos conocemos los pastiches de Sherlock Holmes, algunos con mayor o menor suerte, hay novelas de la momia, de Jack el destripador, de Dracula y de un largo etcétera. Y tienen tantos fans como detractores, por eso siempre es peligroso hacer algo así. Pero si hablamos de una figura como Lovecraft el riesgo de que lluevan las criticas si lo haces mal se multiplica exponencialmente a su fama y sus seguidores y tu carrera como escritor puede acabar antes de haber empezado. Por suerte, para Cañadas y para nosotros, el personaje de Lovecraft es todo lo fiel que podemos llegar a imaginar, solo su manera de hablar ya es inequívocamente Lovecrafiana, esa pose, ese papel que interpretaba para mí está muy conseguido. Así que dejaremos la cabeza de Cañadas, de momento, en su sitio.

Y el momento de sumergirnos en la trama, de empezar a buscar el Necronomicón, de recorrer media Europa siguiendo una pista que nos diga dónde está el libro maldito, es puro disfrute, acción prácticamente sin freno, escenas propias de la gran pantalla; los ingredientes de la trama mezclan la intriga, la aventura, lo fantástico y un leve toque de terror, todo ello bañado con un humor negro excelente, con unas dosis de heroísmo propias de los mejores Pulps y con una narración clara y con mucho ritmo, se nota que Cañadas quiere que el lector disfrute, que se sorprenda, que quiera estar ahí, con todos, buscando, husmeando.

Y es aquí donde le voy a sacar el único pero a la novela, igual Cañadas se dejó llevar demasiado por la emoción de la narración, de la historia que tenía dentro de su cabeza, los escritores pecan a veces de querer contar demasiado y entiendo que es imposible para ellos saber cuál es el límite. Creo que una trama algo más contenida, más concentrada hubiera sido mejor, quizás algún viaje de menos, yo sufrí un poco en Damasco, da la sensación de que la novela se desborda pasados los tres cuartos de historia y Cañadas  tiene que volver a meterla un poco en cintura para encarar la parte final, mucho más sosegada y en perfecta armonía con el resto de la trama.

En cualquier caso es una apreciación muy personal.

Para terminar os confieso, una vez más, que me gustan, me encantan las novelas que me llevan a otras novelas, que me descubren otros escritores, de manera sutil a veces, directa otras; cuando el autor deja el egoísmo de lado y brinda al lector la oportunidad de irse hacia otra parte, de elegir leer a otros, me gusta. Y Cañadas, de manera muy sutil, lo hace con Los nombres muertos. Una de las razones por la que también he comprado Los mitos de Cthulhu es porque salen relatos de tres escritores presentes en la novela, tres escritores que fueron muy amigos de Lovecraft, de los llamados de su círculo más íntimo, son Frank Belknap Long, Arthur Machen y Robert Erwing Howard.

Cañadas utiliza estos tres escritores como personajes en su novela, al menos dos de ellos durante toda la trama, dándoles, dotándolos, de la misma personalidad y oficio que en realidad tuvieron, crea con ellos el mismo juego, a pequeña escala, que ha realizado con Lovecraft, descubriendo así al lector neófito un nuevo filón de lecturas, un nuevo asidero al que agarrarse para ir subiendo, para ir ascendiendo en el conocimiento y la diversión del genero del terror.

Los nombres muertos supone una alta dosis de diversión y entretenimiento, una buena inmersión en el universo Lovecraft y amigos, un libro atrevido, repleto de personajes famosos, con muchísima acción y bastante oscuro, incluso triste. Una apuesta por lo diferente.

 ¿Qué pensaría Lovecraft de todo esto?

Mejor no saberlo.

Los nombres muertos

Jesús Cañadas

Fantascy 2013

564 páginas.

Prosa Inmortal: Los Horrores de la Ciencia

20/01/2014

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 ¨En la habitación contigua el portón saltaba en pedazos. El inspector disparó contra unos brazos que intentaban destruir la barricada… No eran brazos. Eran otra cosa. LeFlop me empujó hasta una trampilla en el suelo, cubierta hasta entonces con una alfombra. Rápido, baje, dijo.¨ (El hotel infinito)

Una de las cosas que me hubiera gustado vivir son los buenos años del pulp, la época dorada, poder comprar todas esas revistas llenas de relatos de ciencia ficción, de terror y de historias policíacas. Poder disfrutar de Amazing Stories, Weird Tales, Black Mask o cualquiera de las decenas de revistas que poblaban los quioscos en aquella época. Historias sorprendentes, raras, fantásticas, subyugantes, extravagantes, violentas, seductoras, inquietantes.  Hay un elenco enorme de escritores que dieron sus primeros pasos en estas revistas y que más tarde saltaron a la novela y a la fama. Todos sabemos quiénes son.

Prosa Inmortal recupera un poco ese espíritu, el espíritu de aquel pulp, de aquellas revistas de relatos, de ese disfrute de lo extraño e inquietante.

Proyecto dirigido por John Tones y Francisco Serrano, Prosa Inmortal nace porque ¨adoramos los géneros populares y su mirada de mutaciones. Los textos ágiles y directos y la negación de la trascendencia y las imposturas¨ AMEN a eso tíos. Con una periodicidad semestral y un cambio de tema en cada número, estas Monografías de ficción se editan en papel, tiradas de cien ejemplares numerados a ocho euros, y en digital, a tres euros el ejemplar.

Este primer número de Prosa Inmortal está dedicado a Los horrores de la ciencia, y ciencia aquí es un término muy amplio; desde implantes de partes del cuerpo, brazos, piernas, pasando por civilizaciones antiguas o de otras galaxias, para terminar en hoteles infinitos con varios planos de existencia…

Pero vamos con el primer relato, Googlidos de Cory Doctorow el que abre la antología y la ¿estrella Invitada? Puesto que es el único que no es español y tiene cierta fama adquirida esa parece la idea. Para mi desgracia es el único relato que me no me ha dicho nada, me ha dejado frío. Doctorow nos sitúa en una sociedad hiperconectada y donde el gigante Google controla y espía a los pobres ciudadanos. En ese marco, un ex trabajador de Google siente es sus propias carnes lo que es caer bajo el control de lo que el mismo ha ayudado a desarrollar… Lo he notado un poco fuera de lugar en la antología, no he podido encontrar la relación con el resto de relatos que sí tienen un hilo conductor. Puede que por la fama de su autor, el dichoso hype, esperara mucho de éste relato, y no ha sido así, lástima. El jardín que apenas recuerdas de Noel Ceballos me ha dejado un pelín desconcertado. No he leído tanta ciencia ficción como a mí me gustaría y eso se nota. Ceballos nos platea un relato que está entre la realidad y el sueño, creo. El protagonista es un doctor que habla con uno de sus pacientes, un asesino esquizofrénico, artista, y genio, y Ceballos lo mueve entre la realidad y al parecer un sueño en el que habla con el paciente. Yo me quedé algo confundido y no acabé de saber en qué plano estaba moviéndome. Aún con eso, es un relato escrito con mucha sensibilidad y fuerza.

  El superhombre de Alberto Haj-Salen, es un relato sin connotaciones fantásticas, o casi… donde un par de científicos reflexionan sobre lo ético de que el ser humano se implante partes del cuerpo mejoradas, más allá de las prótesis que todos conocemos para suplir partes amputadas o dañadas. Un relato con un trasfondo impactante, con una resolución sorprendente. Totalmente distinto es El átomo al servicio de los brujos de Santi Pagés, una de las historias más largas de la antología y más ricas, un relato dividido en ocho pequeños capítulos donde se ve el nacimiento y la evolución de la energía atómica, desde el 1603, hasta la California de 1952. Éste relato es de los que más me ha gustado, me ha hecho sentir como si estuviera leyendo a Julio Verne, lo fantástico se mezcla con la aventura, la narración es brillante, viva, cada época está muy bien ambientada y el relato fluye con fuerza.  ¡Y sale H.G. Wells! En Fuego amigo ON, Javi Sánchez nos plantea una raza de súper hombres, más concretamente de súper soldados, individuos mejorados mediante implantes en todo el cuerpo, incluso en la mente, soldados cibernéticos hechos a imagen y semejanza del ser humano, mentes que se actualizan cada poco tiempo, encargos especiales, multimuerte, un relato al más puro estilo de un videojuego, visual y frenético.

¿Y una historia de fantasmas? ¿Tiene cabida aquí? Por supuesto. El hotel infinito de Francisco Serrano es una buenísima y fantástica historia de fantasmas, realidades paralelas, razas alienígenas y cuento de misterio, no es de extrañar que sea otro de los cuentos estrella, para mí, de esta antología. Narrado con una tensión y un ritmo geniales, es un relato que te hace disfrutar muchísimo, lleno de personajes entrañables, con mucha personalidad, y en un escenario tan clásico y maravilloso como un hotel. Un relato largo y lleno de detalles que si hubiera durado unas cientos de páginas más tampoco me hubiera importado. Al contrario que Serrano, John Tones opta en Alguna clase de utilidad por un relato mucho más corto y concentrado, casi minimalista. Tones nos cuenta como en el Berlín del muro, nacen tres generaciones de niños con ciertos poderes en sus mentes. Cada generación es más poderosa que la anterior y así la tercera es la más poderosa de todas. El régimen de la época se apodera de estos niños e intenta sacar partido de sus poderes y aprovecharlo para el partido. Es un relato oscuro, que va in crescendo y que tiene un final épico de festín destructivo que disfruté con un auténtico enano.

¿Os imagináis que la enorme  cruz del Valle de los Caídos fuera algo más que un monumento de la dictadura Franquista? ¿Algo así como una antena para…hablar con Dios? Eso es lo que nos cuenta Guillermo Zapata en Ex Deo Maquina, un relato ambientado en la España post franquista, con una sociedad que empieza a conocer la democracia y donde un grupo de investigadores de interior investiga casos extraños. Un relato dividido en dos partes bien diferenciadas, la primera al más puro estilo Noir, como sacada de una novela de Vazquez Montalban, y la segunda, totalmente enmarcada en la ciencia ficción. Un relato curioso, extraño, triste, muy bien narrado, con mucho ritmo y tremendamente original.

Cierra esta antología de Los horrores de la ciencia el ensayo de Álvaro Arbonés Entre los límites de la ciencia y la humanidad. Pese a no ser un relato, lo he disfrutado mucho, se lee increíblemente bien, sin pesadez, no es nada denso. Arbonés habla de algunos temas espinosos en los que la ciencia ha tenido el papel principal de malo de la película. Experimentos para crear armas, investigación para tratar enfermedades psíquicas, campos de concentración, sanatorios…

He disfrutado muchísimo con Prosa Inmortal, este tipo de proyectos me fascinan, por su contenido, por su continente, por su filosofía, por todo, creo que debería haber más cosas así (también tenemos otra revista de similares características en el mercado, Presencia Humana, leída y absolutamente recomendable también, aunque su precio es algo más del doble que ésta) falta espíritu Pulp, que antologías hay, sí, pero no en este formato.

Ya está en marcha el segundo volumen de Prosa Inmortal, y está dedicado a Crimen y castigo (El concepto, no la novela) en primavera a la venta. Puede ser bastante brutal. No pienso perdérmelo.

Podéis comprar un ejemplar de Prosa Inmortal, o dos, o tres, aquí.

Las enseñanzas de Don B, Donald Barthelme

14/01/2014

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¨La expansión se produjo durante la mañana, un leve e imperceptible susurro de gas a través de las válvulas. El globo cubría entonces cuarenta y cinco manzanas en dirección norte-sur y un área irregular en sentido oeste-este, hasta seis manzanas a cada lado de las avenidas en algunos lugares.¨ (El globo)

Este año os voy a dar el coñazo con los relatos. No es algo que tuviera en mente, ni es algo premeditado, pero miro lo que tengo por leer, lo que he comprado últimamente y lo que quiero comprar, y me salen relatos por todas partes…ya reseñé hace poco un libro de relatos inéditos de Vonnegut que salió editado de la mano de Malpaso, eso fue el principio, me gustó la sensación, y quiero más. Ya lo iréis viendo por aquí; ciencia ficción, fantasía, narrativa, terror…

Hoy le toca a Barthelme, que GRANDE es Barthelme, es imperdonable no haberle conocido antes, haberle leído antes…es lo de siempre, autores que pasan sin hacer demasiado ruido y quedan relegados al olvido. Suerte que las pequeñas editoriales están haciendo un trabajo impresionante recuperando a autores imprescindibles (Gaddis, Barth, Saunders, Barthelme) para ponerlos de nuevo en circulación y así todos aquellos que en otro tiempo estábamos distraídos con otras cosas, podamos descubrirlos por fin. Es mi caso, no conocía a Donald Barthelme (ni a la mayoría de los que he citado antes) y gracias a Automática y a unos cuantos insurrectos culturales de Twitter he podido disfrutar de él, disfrutar mucho.

Barthelme es de esos escritores, como Robert Coover, que distorsiona la realidad para ponerla a su servicio, que la moldea sin pensar en las consecuencias, sin pararse ni un segundo a pensar en si lo que está haciendo es creíble o no, rompiendo las reglas de lo cotidiano, añadiendo elementos distorsionantes, absurdos, increíbles; Un globo que se hincha sin parar para ocupar todo Manhattan, armas absolutamente absurdas (telegramas que destruyen testículos, una palabra secreta que produce múltiples fracturas si se dice en voz alta), una bruja que da a luz una esmeralda gigante que tiene vida y habla y que todo el mundo quiere, amigos que deciden colgar de un árbol a uno de ellos, con su consentimiento, porque se ha pasado de la raya…

En muchos de estos relatos, Barthelme  se vale de esa premisa para jugar con el lector, o para hacerlo jugar con él, en sus mundos particulares, en sus dosis de realidad alterada, absurda, juguetona. Pero no en todos es así, hay otros tantos relatos donde Barthelme simplemente muestra la realidad tal y como es, muchas veces, casi todas en esta antología, para mostrar una cara amarga de la vida; soledad, enfermedad, incomprensión, vejez. Pero aun así, estos relatos tiene el sello inconfundible que los hace reconocibles de la misma mano, parientes de los otros (los ilógicos) y parece que en cualquier momento todo vaya a saltar por los aires, o que algo se vaya a salir de madre, conservan esa magia que Barthleme imprime a sus historias, sean irracionales o no.

Las enseñanzas de don B se compone de treinta y cuatro relatos, extraídos de tres recopilaciones;  40 relatos, 60 relatos (publicadas en España) y Las enseñanzas de don B (sólo en inglés) y que yo haya podido ver, sólo se repiten cuatro relatos en ésta antología que ya habían sido publicados antes. No está mal

No entraré a valorar cuales me han gustado más, me podría alargar demasiado, ni tampoco cual me ha gustado menos, o simplemente cual no me ha gustado, que los hay, cada uno que elija sus preferidos, que se identifique con ellos, que entre en el juego, que se deje llevar. Sí que os diré que yo tengo una debilidad por lo absurdo y lo imposible, con las cosas sacadas de quicio, con lo trillado y lo único. No os será muy difícil identificar los relatos que más me han gustado…

Solo un una cosa más. La excelente cubierta del libro, magnífica, de las que más me han gustado éste año; la exquisita edición de Automática, muy cuidada, demuestra una vez más como están haciendo las cosas las editoriales pequeñas, increíblemente bien, pensando en el lector siempre, gracias.

De camino a casa está El padre muerto, en la pila ya tengo El rey, y como veo que es muy difícil de conseguir, en la biblioteca me espera Paraíso. El resto los sigo buscando, porque prometo leer todo lo que encuentre del señor Donald Barthelme. Al menos mientras me queden ganas de pasármelo bien.

Las enseñanzas de Don B

Donald Barthelme

Automática Ed. 2013

282 páginas.

Una ciudad asediada, de Margaret Oliphant

10/01/2014

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Muy bien Margaret Oliphant. Que gran descubrimiento. ¡Maravilloso!

No conocía a Margaret, ni siquiera había leído nada llamado ghost story, y mucho menos nada Victoriano. Me queda mucho que aprender, me temo. Una ciudad asediada llegó a mis manos gracias a esa pequeña pasión que proceso por la editorial  Nevsky Prospects y su pequeño sello Las fábulas de Albión, chafardeando por su web me llamó mucho la atención éste título y en una pequeña promoción que hicieron en diciembre, me hice con ésta novela y otra de la rusa Anna Starobinets.

Lees el prólogo de Jesús Palacios que incluye la novela y casi tienes que ir frenando para no saltar directamente a leer lo que Oliphant nos tiene preparado. Muy bien también Jesús Palacios. Un prólogo detallado y bien jugoso que nos cuenta la pobre vida que llevó Oliphant, la cantidad de muertes que soportó a su alrededor, las desgracias, una tras otra, la vida triste y gris que se cernía sobre ella, madre soltera de numerosos hijos que escribía a jornada completa para sacar adelante a su pródiga familia.

Dice Palacios, que Oliphant apenas escribía novelas de género (fantasía, terror), que lo suyo eran más las novelas históricas, de costumbres, y los ensayos, y que llegó a escribir cientos de ellas. Aunque lo que ha sobrevivido a los años, han sido sus historias de fantasmas, las ghost storys. Y no me extraña tú.

Una ciudad asediada tiene ese aire tremendo y romántico de las novelas victorianas, esa manera de contar las cosas de forma dulce y poética que hace que aunque te estén contando una historia de fantasmas, tú estés preso de un hipnotismo casi catatónico que te hace estar pegado a la narración sin apenas respirar; calibrando el miedo de los protagonistas, el agotamiento, el pánico, sintiendo las corrientes de aire frío que se cuelan por los pliegues de la ropa, atisbando entre la niebla, escuchando en el silencio.

Oliphant nos cuenta la historia de un pequeño pueblo francés en la Alta Borgoña, Semur, un pueblo amurallado y donde prácticamente todo el mundo se conoce. Allí se suceden unos hechos inexplicables a ojos de los habitantes, una serie de acontecimientos fantásticos que llevaran a los habitantes del pueblo a tener que abandonar sus casas y pertenecías para establecerse a los pies de las murallas fuera del pueblo. Ésta situación, a todas luces estresante, incomoda e innoble, se produce además, mientras el pueblo está sumido en una oscuridad total y absoluta, ya sea día o noche, el pueblo está sumergido en las tinieblas más negras que jamás se hayan visto.

La novela está narrada por varios de sus habitantes, aunque el protagonista y quien lleva la carga de la narración es Martin Dupin, el Maire (alcalde) de Semur, un tipo con aires de duque, noble y distinguido, educado. Cada uno de los personajes narrará su visión de los hechos, su parte, y con todas ellas tenemos la visión completa de lo sucedido, todos los ángulos, la historia narrada desde todas y cada una de las partes involucradas en el suceso.

Admito que me lo he pasado bomba leyendo a Oliphant, su estilo es grandilocuente pero sencillo, con estilo, poderoso, con mucha fuerza y muy visual, es como estar viendo una gran obra de teatro donde hay que mirar a todos los personajes a la vez sin perder detalle, es hipnótico, y tiene ese punto escandaloso de novela británica, un poco JaneAusterizado tan delicioso.

Una novela desde luego diferente a lo que suelo leer, un descubrimiento fantástico, tanto, que ya está de camino a casa otra de las novelas de Oliphant, La puerta abierta, una novela que editó Valdemar allá por los ochenta y que seguro devorare como he devorado ésta.

La traducción de Jon Bilbao es excelente, y la edición de Nevsky excelsa, como siempre.

Una ciudad asediada

Margaret Oliphant

Ed. Nevsky Prospects 2012 (Fabulas de Albión.)

231 páginas.


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