Sé que mi padre decía de Willy Uribe

1.Desasosiego 1 m. Inquietud, intranquilidad:

Sé que mi padre decía, me ha producido, sobre todo, eso, desasosiego, inquietud, miedo. Willy Uribe, ganó con esta novela el Premio Silverio Cañada de la XXII Semana Negra de Gijón de 2009 y el Farolillo de papel de la Cámara del Libro de Bilbao.

Ya os hable de Willy y de Nanga hace un tiempo, y os hable de las sensaciones que me produjo esa novela, fuertes. Con Sé que mi padre decía, Willy da una vuelta de tuerca al genero negro, le da una patada en el culo al genero negro. Es imposible respirar ante semejante asfixia, ante semejante crueldad, dureza. Las novelas negras americanas, griegas, cubanas, francesas, o incluso las suecas, tan de moda ahora, no han conseguido transmitirme la proximidad y por ende la inquietud y el desasosiego de la que hace gala esta novela, esta historia es tan cotidiana, que se te mete en los pulmones y te ahoga en cada página. Esta historia de fracaso prácticamente intencionado, de frustración permanente y salidas fáciles, esta historia de rebeldía en una sociedad opresiva y costumbrista.

Ismael, un hombre que a ojos de muchos ha traicionado a su pueblo, a su padre y a su ex mujer, vuelve del pasado y la lejanía, dispuesto a intentar ganar dinero de la única manera que ha sabido hacerlo desde que se marcho, mintiendo y chantajeando, intentando no dejarse la piel en ello. Huyendo de su último destino, llegara a un pequeño pueblo cerca de Bilbao donde nadie parece haberse olvidado de el ni de su pasado. Tiene un plan, un plan sencillo y cojonudo.

No es una novela negra de policías, ni de detectives, ni de periodistas, ni de forenses. Willy se coloca al otro lado, en el lado difícil, en la mirada desesperada, en la parte que oprime por sobrevivir, se coloca justo bajo la piel de la desesperanza y el dinero no siempre fácil, en el bando de la muerte de saldo en el maletero de un coche y las palizas en las callejuelas. La sinceridad que desprende la narración, la trama, es la que nos hace mirar hacia atrás mientras andamos por la calle, la maldad de estos personajes, desarraigados y fríos y tan reales como nosotros mismos, es la que nos hace desconfiar de esas sombras nocturnas a la luz de las farolas, cuando paseamos a nuestros perros en las noches tranquilas de nuestras vidas. Todos conocemos o vemos por nuestras calles un Ismael, o un Jon, que nada tiene que perder por unos cuantos billetes, por que entienden la vida, solo con el sentimiento de la codicia. Willy nos muestra una sociedad cerrada en unos ideales, en unas creencias, donde los que no siguen sus doctrinas, serán repudiados públicamente y  pagados con la moneda de la indiferencia y el silencio.

No os voy a engañar, es una novela dura, marca de la casa Willy Uribe, con golpes y palizas y mucha maldad. Esto no es una agradable novela de Chandler donde los golpes los sentimos a miles de kilómetros, mientras nos deleitamos con el sarcasmo de Marlow a salvo en nuestro sofá, esto no es una novela de Petros Markaris donde soltaremos carcajadas acomodados en nuestra cama cuando nuestro querido Jaritos este una vez mas atascado en el infernal trafico de la capital de Grecia; y por supuesto, esta novela no es una simplona aventura de policías y ladrones y algún muerto aparecido en alguna cuneta cerca del desierto.

Sea quien fuere quien invento la etiqueta de novela negra, sin duda pensó en novelas como esta, en novelas humanas y próximas, donde los ultimas consecuencias son actos cotidianos y donde la vida se mide por la calderilla de tu bolsillo, novelas donde hay que llevar a hasta el final tus decisiones y vivir con ello. Una novela para los amantes de lo negro, de las buenas historias, de las tramas duras, una novela con la que he disfrutado cada pagina y cada parrafo, cada mentira, cada tormenta y cada centimetro de cinta americana. Novela negra, sin duda.

Willy Uribe publicó esta novela con la editorial El Anden en 2008, pero lamentablemente la editorial cerró hace unos meses, eso pone en situación complicada encontrar ejemplares de esta novela. Por suerte, de momento y esperemos que tengan muchos, la podéis comprar sin problemas en la librería Negra y Criminal, que esta en Barcelona en el C/ de la Sal del barrio de la Barceloneta. O si no os pilla cerca, la podéis comprar en su pagina Web, aquí.

7 respuestas to “Sé que mi padre decía de Willy Uribe”

  1. carmina Says:

    caray con la novela, parece dura y da ganas de leerla, lo que pasa es que negra y criminal me queda pelin lejos… a ver si por casualidad la encuentro por aqui.

  2. Aramys Says:

    Carmina si no la encuentras, yo te puedo enviar un ejemplar sin problemas, vale la pena.

    Abrazos!

  3. Lala Says:

    fffiiiuuuuuu que bien te explicas… la verdad es que el libro pone los pelos de punta, te hace aguantar la respiración y notar la angustia como si tuvieras un rollo de cinta americana alrededor de la boca y necesitaras vomitar sangre.

  4. Esto se acaba « Viaje alrededor de una mesa Says:

    […] Se que mi padre decía de Willy Uribe […]

  5. Revancha de Willy Uribe « Viaje alrededor de una mesa Says:

    […] de cotidiano le va al pelo. Revancha, con la solvente firma de Uribe, es tan cruel como lo fue su Se que mi padre decía, pero de un modo menos oscuro y mas cercano, mucho mas […]

  6. “Sé que mi padre decía”, de Willy Uribe – Confesiones de un librero “hard-boiled” | De entre los libros Says:

    […] en la vida y el trabajo. Echaba en falta dedicar un hueco a este blog. Lo mismo podría decir del Sé que mi padre decía de Willy […]

  7. “Sé que mi padre decía”, de Willy Uribe – Confesiones de un librero “hard-boiled” « Tengo sitio libre Says:

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