¨Cuanto más rica se hace la gente, más les irrita oír a un negro que se expresa con palabras bien elegidas. Supongo que creen que no tiene ningún sentido ser rico a menos que no puedas sentirte superior a alguien.¨
Que delicia leer a Macdonald, siempre, pase el tiempo que pase en volver a coger una de sus novelas, siempre, me lo paso increíblemente bien. Archer me fascina, su serenidad, su reflexión, su sangre fría, ya lo he dicho un par de veces aquí, es una grandísimo detective clásico, uno de los imprescindibles.
En La costa bárbara, Macdonald vuelve a retratar, aunque esta vez de una manera más cruel y triste, si cabe, el alma humana. Una muestra de nuestro yo más intenso, de nuestros deseos más ocultos, más secretos; una muestra de la ferocidad de la que es capaz el ser humano a diferentes niveles, en diferentes estatus sociales, emocionales y psíquicos; un abanico de mentiras, deseos ocultos, chantajes, engaños, promesas y traiciones.
Archer es requerido por Basset, el gerente del Channel Club, uno de los clubs más exclusivos de Malibú. Basset teme por su integridad física, un joven agresivo lo ha estado rondando y amenazando y teme que al final, el joven cumpla sus amenazas. Archer debe protegerlo.
¨-Tengo entendido, señor Archer, que es usted un guardaespaldas cualificado.
-Supongo que estoy cualificado, aunque no suelo aceptar este tipo de trabajos.
-Pero, me pareció entender que… ¿Por qué no?
-Eso significa tener que vivir demasiado cerca de algunos de los peores gilipollas. Suelen tener un guardaespaldas porque nadie más quiere hablar con ellos. O bien tienen delirios de grandeza.¨
Archer siempre tan claro, siempre enseñando sus cartas, sin trampas, con esa franqueza absoluta que lo hace tan enorme. Archer no aceptara ser el guardaespaldas de Basset, por si teníais alguna duda, pero algo lo retendrá en ese club de lujo, algo que poco a poco se apoderara de él, algo que, como buen sabueso, le ara meter las narices en todos los rincones de ese club y en todos los rincones de las vidas de sus socios.
Que mejor escenario que un club de lujo para que Macdonald ahonde en las diferencias de clases, para que retrate, normalmente de manera frívola, engreída, distante y prepotente, a esa clase adinerada, millonaria y pudiente que puebla estos clubs, que los disfruta y los hace suyos, exclusivos, inalcanzables para el resto de mortales. Es en este escenario donde Macdonald hace que Archer sea más insolente, más sarcástico, más claro y contundente, sobre todo con los que más tienen.
Pero también donde hace de Archer ese detective superlativo, metomentodo, un detective que siempre va más allá, un detective que nunca se queda en la primera capa. Ese detective que lejos de ser superficial, escucha, escruta, observa y lee en el alma de las personas, que sufre los golpes, que cree por encima de todo en sus clientes, que se implica y que llega hasta el final.
El contrapunto a tanta opulencia, no podía ser de otra manera, son los empleados de ese club; un exboxeador cincuentón retirado y algo violento sin un céntimo, un joven negro que hace de socorrista para pagarse los estudios, un gerente mayor, servil y con ciertos gustos algo inconfesables…todos ellos con sus cargas, sus desgracias propias y sus lamentos, todos ellos rodeados de gente rica que los utiliza, los somete, los ignora y les exige, a veces todo al mismo tiempo, todos ellos con un pasado y apenas un cierto futuro.
Macdonald sabe cómo jugar a mezclar clases, sabe cómo humillar a los ricos, y también a los pobres, sabe cómo sufren las personas, sea de la clase que sean, sabe cómo odian las personas, cómo destruyen, cómo matan. Cómo se vengan. Hay en La costa bárbara una imagen clara de aquella época, un pequeño cliché (no sé si novelístico o real) de cómo se veía la sociedad, de cómo se imaginaba, si mas no de como la veía McDonald, con las diferencias tan marcadas, tan insuperables.
Y una vez más, Macdonald nos narra una historia de una manera casi poética, con esa manera de escribir tan fluida y tan precisa, con esa elegancia y ese casi imperceptible tono poético, lírico.
La costa bárbara es una gran novela negra; clásica, dolorosa, humana, sincera y triste.
La costa bárbara
Ross Macdonald
RBA Serie Negra 2012
285 páginas.
16/04/2013 a las 18:35 |
[…] 12-La costa bárbara (RBA Serie Negra 2012) Ross McDonald (8/10) […]
16/04/2013 a las 22:26 |
Uno de mis grandes pendientes (y mira tú que durante mucho tiempo creí que era una mujer)
Por lo que veo, todo un clásico, de esos autores que son apuesta segura. Tengo que hacerle un hueco en mi agenda!
19/04/2013 a las 15:55 |
¿NO has leído nada Marta? Eso no pued ser, con el buen trabajo que esta haciendo Serie Negra es imperdonable :) Te gustara mucho, ya lo vera, pongo la mano en el fuego ;)
17/04/2013 a las 09:52 |
No conozco al autor, pero siempre tus reseñas son tentadoras.
Gran reseña compañero.
19/04/2013 a las 15:53 |
David McDonald es uno de los clasicos impescindibles, te lo recomiendo mucho, es muy, muy bueno :)