
-Sabiendo que lo interrumpido no puede reanudarse, que aquel hueco permanece siempre, quizá agazapado pero constante, y que un antes y un después nunca se sueldan.
-Uno cree al principio que no puede vivir sin alguien o alejado de alguien, la pena inicial es tan afilada y constante que se siente como un hundimiento sin limite o como una lanza interminable que avanza, porque cada minuto de privacion cuenta y pesa, se hace notar y se nos atraganta, y uno solo espera que pasen las horas del día a sabiendas de que su paso no nos llevara a nada nuevo sino a mas espera de mas espera.
…increíbles sentencias, como ya es habitual en J.Marías, en su tercer volumen Veneno y sombra y adiós, de la trilogía Tu rostro mañana.Leyendo.
03/06/2009 a las 09:19 |
"¿cómo puedo no conocer hoy tu rostro mañana, el que ya está o se fragua bajo la cara que enseñas o bajo la careta que llevas, y que me mostrarás tan sólo cuando no lo espere?"
"'yo soy mi propio dolor y mi fiebre', pensaba mientras creí asustarme, 'yo mismo debo serlo'"
¿y mi lanza? ¿y mi escudo?… ¿aún los tengo?, aún os tiene Sr A?
Usted lo ha dicho, "como puños", gracias por descubrirme este mundo. Ahora, sigámos afilando los lápices, para subrayar todas las sentencias de este señor, porquen o escribe, sentencia.
03/06/2009 a las 16:30 |
te llamo de inmediato…joder!